
Coffee Lover
El repiqueteo de la lluvia contra los grandes ventanales del bar “La Candelaria” creaba una melodía melancólica, perfecta para la tarde gris y lluviosa en Bogotá.
Dentro, el ambiente era cálido y acogedor, con luces tenues y el suave murmullo de conversaciones dispersas.
También se vislumbra dos tazas de delicioso capuchino de bellas figuras, caliente humeaba, esparciendo un aroma dulce y reconfortante que invitaba a degustar.
Las gotas de lluvia resbalan por el cristal, como si buscaran respuestas en su danza silenciosa con ideas propias.
Sí, es como si la ciudad entera estuviera suspirando un helaje deseoso por un tragó del néctar que destella en el ventanal. ✨